¡¡Somos VULNERABLES!!

En estos días estamos asistiendo a nivel global y especialmente en España (3er país del mundo en número de contagios por el COVID-19 y 2º en Europa) a las consecuencias que puede tener la aparición de un virus y cómo afecta a nuestra vida y relaciones personales. La globalización hace que situaciones que no hace demasiado tiempo eran locales en la actualidad nos afectan de manera universal. El mundo se ha hecho pequeño y eso tiene ventajas e inconvenientes.

Sin embargo hay algo sobre lo que personalmente pienso que no estamos concienciados, y es que, además de ser personas físicas, profesionalmente formamos parte de las denominadas personas jurídicas, sobre las que también actúan virus, con el hándicap añadido de que éstos se diseñan para hacer el mayor daño posible, y cuyas consecuencias pueden ser verdaderamente catastróficas ya que, como seres humanos nuestro organismo es capaz de sobreponerse y generar anticuerpos, protegiéndonos de ataques futuros, pero si un virus informático consigue atacar a nuestra base de datos, es posible que la recuperación sea imposible o deje secuelas irrecuperables.

Podemos pensar que este es un riesgo que solo afecta a las grandes corporaciones, lo cual es un gran error; por una parte, las grandes empresas sí que son conscientes de estos peligros y sus consecuencias y, por tanto, tienen departamentos, medidas y protocolos de protección y actuación al respecto. Por otra parte, solo hay que consultar las noticias para darse cuenta de que las empresas medianas y pequeñas y los profesionales independientes están entre las víctimas objetivo de estos ataques.

En nuestra mano está el actuar con seriedad y con un planteamiento estratégico para prevenir estas más que probables situaciones, pero de igual manera que ante un problema de salud vamos al médico, ante el cuidado vital de las bases de datos de nuestras empresas no debemos ni improvisar, ni escatimar. Tenemos que ser serios en las medidas a tomar y ponernos en manos de los profesionales adecuados con el fin de crear una estructura de gestión y protección de nuestras bases de datos absolutamente a nuestra medida, que tendrá un triple beneficio:

1.- Reducirá los riesgos y minimizará sus consecuencias

2.- Nos ayudará a reducir nuestros costes de gestión de nuestros data centers

3.- Ante circunstancias como las actuales, posibilitará el poder trabajar de manera remota de la misma manera que si estuviéramos en nuestras oficinas, sin que suponga ningún contratiempo para nuestros equipos de trabajo.

El 70% de los ciberataques va dirigido a pequeñas y medianas empresas

El trabajar con empresas de diferentes tamaños y sectores me hace darme cuenta de que, dentro de las diferencias que existen entre todas ellas, hay 2 cosas que tienen en común (salvo escasas excepciones); un claro enfoque al resultado neto (con lo que es habitual tratar de reducir costes en aspectos fundamentales, lo cual es peligroso) y poca especialización en todo lo referente al cuidado y gestión de las bases de datos, no por desinterés, sino porque las empresas crecen y los sistemas cambian a tal velocidad que, sin ir de la mano de verdaderos especialistas, es verdaderamente difícil poder estar perfectamente estructurados en cada momento; no obstante, tenemos a nuestro alcance empresas y profesionales para acompañarnos en este necesario tránsito.

En todo lo referente a nuestra salud debemos actuar con responsabilidad y determinación, lo cual incluye a nuestra salud profesional. Es una cuestión de importancia capital que no debe someterse a la improvisación y que debe ser puesta en manos de los profesionales más cualificados